Poco a poco, este blog ha ido creando vida propia. Me empuja y me orienta cuando estoy perdida, me susurra palabras al oído y me llena el corazón de sentimientos compartidos. Nació del boceto de un proyecto sencillo y humilde sigue siendo, en eso no ha cambiado pero, el camino se ha llenado de musas y de liras... ¿quieres vivirlo conmigo?

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viernes, 12 de junio de 2015

Nunca te pedí una estrella...




No la quiero… ¡llévatela! Nunca te pedí una estrella. No quiero ver su fulgor y su destello. Me duelen los sueños que chorrean de ella. Me molesta, que brille y que deslumbre…
No quiero la luna, tampoco la quiero. Me hiere su paz y su sosiego, mientras mis entrañas huelen a fuego.
No me hagas regalos, no los espero. Ni estrellas, ni lunas, ni un te quiero anhelado, ni el silencio como un tesoro… ni promesas, ni suspiros, ni miradas lánguidas cual amuleto.
Lo mío son cosas sencillas: la piel suave y las palabras bonitas, sosteniendo el engaño de los días vencidos; la risa contenida ante una tontería y las mariposas en la barriga.  Sólo eso.
Recupera tus días de vino y rosas, sin complejos, sin prejuicios. Busca, indaga, analiza, escudriña en tu oscuridad… y si encuentras un hilo de oro que te ayude a tejer un remordimiento, un ápice de gallardía, un arrepentimiento sincero, ponte al acecho del dolor ajeno para intentar comprenderlo.
Cuando lo entiendas, quizás aún tenga fuerzas para encontrar el camino de vuelta y para bañarme en las ilusiones compartidas y quizás, tan sólo entonces, convencida de tu verdad, pueda aceptar tus estrellas y tu luna.

Queralt Berga.