Poco a poco, este blog ha ido creando vida propia. Me empuja y me orienta cuando estoy perdida, me susurra palabras al oído y me llena el corazón de sentimientos compartidos. Nació del boceto de un proyecto sencillo y humilde sigue siendo, en eso no ha cambiado pero, el camino se ha llenado de musas y de liras... ¿quieres vivirlo conmigo?

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domingo, 20 de abril de 2008

ESPANTAJO. (357)


ESPANTAJO.


LA ÚLTIMA VEZ QUE SE VIERON ERAN TODAVÍA ADOLESCENTES pero, habían compartido muchas tardes de verano con espantapájaros sonrientes, bocadillos de chorizo, lagartijas espachurradas y vasos de coca cola a escondidas de su abuela. Menudos recuerdos… suspiros, sobresaltos, temores, cosas, casi olvidadas de la infancia de sus vidas.
Los años han pasado y tenemos a una mujer de mediana edad, sentada en la butaca de una consulta médica. Se sentía inquieta y preocupada.
¿Qué habría sido de aquellos rizos dorados que le tapaban los ojos cada vez que alzaba la vista hacia el cielo?
“¡No mires de frente al sol! ¿Estás loco?” Le gritaba, intentando hacerse la mayor, la madura y la experta. Pero él callaba con prudencia y se ponía la mano a modo de visera sobre la cara, para poder mirarla a los ojos mientras le sacaba la lengua con un mohín. Lo recordaba tan guapo… era como un muñequito mimoso y tierno.

- ¿Desde cuándo no lo veías?
- Desde hace mucho. Sólo intercambiábamos postales en los cumpleaños. Y no muy emotivas, la verdad.
- ¿Le has dicho que estamos separados?
- Sí…
- ¿Qué nos pasó, Pablo? Éramos tres almas puras. Tres amigos sinceros.
- La vida, Rosa, la vida…

Una voz hueca y estridente llamó al Dr. Rodríguez con urgencia.
Pablo se levantó de un salto y se dirigió a la puerta.

- Voy contigo, aunque me tenga que quedar en la puerta porque no quiera verme.

Sus pisadas, recorriendo los pasillos muy deprisa, sonaban a misterio y a soledad. Pero sobre todo, a tristeza. Y olía a dolor. Y a despedidas.

- A ver, qué le pasa a este hombre- dijo el Dr. Rodríguez al entrar a la habitación.
- Hola amigo…
- Hola Carlos, ¿qué te pasa? ¿No te hacen efecto los calmantes?

El hombre llamado Carlos no contestó, sus ojos habían descubierto a Rosa. Pablo, en silencio, valoró la situación física en la que se encontraba su amigo y, sin dudarlo, dio instrucciones a la enfermera.

- Hola Carlos. ¿Te puedo dar un beso?
- Un beso… tuyo… que pudieron ser míos…

La voz, casi no salía de su cuerpo.
Rosa le besó los labios y la frente. Le besó el pelo ralo y débil que ya no le tapaba los ojos. Le cogió la mano. Y, mientras, Pablo le inyectó una dosis de morfina.
Cuando la enfermera se fue, lentamente y con los dedos temblorosos, los tres se hicieron un ovillo sobre la cama.
Pablo lloraba sin parpadear y Rosa sin darse cuenta.
Carlos, cerró los ojos porque una luz muy brillante lo deslumbraba.
Se extrañó que Rosa no le gritara que estaba loco… y se extrañó de ver que el espantapájaros le decía adiós. ¿Desde cuándo habla un espantajo?
Rosa durmió junto a su cuerpo aquella noche y Pablo, no se levantó de la silla hasta que, al amanecer, dos celadores muy sigilosos se lo llevaron al depósito.


Queralt. 20/04/08

PARA MÁS Y MEJORES HISTORIAS QUE EMPIECEN CON LA MISMA FRASE:

http://elcuentacuentos.com/

6 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, me parece un relato muy bonito y realmente triste. La historia de unos amigos que tras tantos años cuando vuelven a encontrarse es para despedir para siempre a uno de ellos. Realmente me ha emocionado.

Besos

Anónimo dijo...

Jolín... se me han saltado las lágrimas al leerlo! Es muy triste y una pena que justo cuando se encuentran los tres, uno de ellos se despida para siempre...

Lo que más me ha gustado de toda la historia es la manera en la que enlazas el final (la luz que ve el que muere) con el principio del relato (la luz del sol que ella no le deja mirar fíjamente).

Me ha gustado muchísimo nena. Un besote!

tormenta dijo...

Triste relato con una bonita metáfora, si señor. Una de esas tuyas, "el espantanjo"... eso me ha gustado. He tenido que releerlo para pillar los matices, el mensaje, que no sé si es el que querías trasmitir, pero con él me quedo.

me alegro de que hayas vuelto :) te mando un besito

Josu Ansoleaga dijo...

pues sí que es triste sí.
me han gustau particularmente algunas descripciones (pisadas que sonaban a misterio y soledad etc)
pero la verdad es que a la primera no lo había entendido (tb es cierto que mi perro ha interrumpido la lectura con sus ladridos un par de veces) y he tenido que vovler a leerlo. requiere atención leerlo para no perder el hilo, y la historia es muy bonita...los tres amigos, y uno se va, y eso les une de nuevo..."la vida Rosa, la vida..." me quedo con esas palabras

un saludo y mas cuentos para la proxima!
ciao ciao

Pugliesino dijo...

Rebienvenida!!
Aquel ovillo fue crisálida de vida.Un solo instante reunió todo lo que dio sentido,que en silencio de lágrima se tuvo fin.
Precioso regreso Queralt,un abrazo!!

Sara dijo...

Hola Queralt!
Me alegro mucho de verte de nuevo por aqui (aunque no te creas que yo también había desaparecido un poco).
La historia es preciosa y muy muy triste, me has encogido el corazón...
Coincido con María en que lo mejor de la historia es la forma que tienes de enlazar el final con el principio
Un besito Queralt